sábado, 24 de abril de 2010

La luz ante mis ojos



Qué sonrisa produce saber que esta borrosa visión borrosa y esta genética nuestra, que nos permite reconocer rostros por todas partes, es un artefacto más poderoso que esos potentes ordenadores con sus ingeniosos programas de reconocimiento de imágenes.
Es como si el universo supiera de no somos (después de todo) tan malos artefactos y nos permite (por el momento) imaginar lo que claramente vemos.
Lleva a las niñas y niños a observar, clasificar y sonreír a las galaxias: Galaxy Zoo.