domingo, 4 de abril de 2010

Cinco días fuera de casa. V



Intento volver a casa. No encuentro el mapa entre mis cosas. Revuelvo mi bolsa de viaje. Como en las pesadillas, rebusco, agitado, agitando los objetos que, ahora, me parecen inservibles. Levanto la mirada buscando auxilio. Busco hacerme una idea del desamparo en el que me encuentro en los demás.

(…)

Desvían sus miradas. Ocultan sus manos. Todos guardan sus calendarios. Sus cuentas de lunas llenas. Todos marcan los días en papeles doblados que guardan en el fondo de sus bolsillos. Mirarán sus premoniciones, más tarde, a escondidas. Desdoblando cuidadosos y celosos sus recortes ajados y se harán su composición de tiempos. Nadie me mira. Nadie se percata de mi pérdida de ruta. Conocen el día que es y yo no me sé el camino de vuelta.

(...)

Volver a casa detrás de la cuarta noche de viaje. Guiado por las nubes, el barco y las rodadas. Intuyo y sigo. Sin mapas ni ayudas.

(…)

A veces el recorrido me es familiar. Un barranco, un árbol, un risco, una vuelta del camino. Sin embargo la duda me hace desconocer y me pierde el paso durante trechos sin aliento. Guía de ciegos, el tuerto desconoce el destino marcado.

(...)

No puedo creer la suerte que tuve. La puerta seguía en su lugar. En la pared de casa mirándome fijamente. Guardando sus reproches, a la vista de mi vuelta.