domingo, 26 de octubre de 2008

Pasadas... de moda

Cuando empecé a escribir poesía, se lo juro, no sabía que había personas que leían poesía. Sabía de personas que escribían poesía, pero nunca tuve una idea previa ni precisa de lo que era un lector de poesía. Supongo que un joven que escribe poesías muestra sus poemas a sus amistades, a sus colegas o a alguna autoridad más o menos académica. El hecho de publicar es un añadido que se le enredará de manera más o menos acuciante al hecho de escribir.

Las ansias ineludibles de comunicar con un otro lejano y desconocido pertenecen más a los ámbitos de la novela, la música o la plástica. Los malos tiempos para la lírica también lo son para vates, versificadores o rapsodas. Los poetas, en general, ni la sufren ni la gozan. Existen, pero pueden ser aplazadas.

Fuera de ámbitos literarios, confesar el oficio (o incluso la afición) de poeta es un gesto que roza lo vergonzante, algo que reclama explicaciones posteriores. Sólo una militancia previamente entendida y razonada permite realizar dicha declaración sin más ambages.

Finalmente, aceptas que tu creatividad como una rareza, una extravagancia que te coloca entre entomólogos, calígrafos o escoberos. Ese tipo de ocupación en vías de extinción o tan pasadas de moda que acaban por ambientar los escaparates más chic en una capital de occidente.

Es cierto que la alta interconexión que produce Internet acaba con los vicios solitarios. Seguramente también con las virtudes solitarias. No acaba con la soledad pero la convierte en algo multitudinario. Paradojas. Mas temprano que tarde, acabas por encontrar en alguna parte del planeta alguien como tú y unos 123.456 sitios (http://) que tratan sobre aquello que pensabas que sólo a ti se te había ocurrido.

Aguijoneado por amigos o por un prurito de lealtad hacia tu arte, acabas montando una página o un blog. Véase esta. No tienes grandes aspiraciones, pero colocas tu pequeña aportación a disposición del personal. Unas palabras, una dirección, una referencia que ofrecer cuando deseas explicar esta rareza tuya, tan pasada de moda.

Justo en este momento vas y te encuentras en la prensa (digital) el siguiente titular :

Varios estudiosos y expertos en redes afirman que el blog como herramienta de publicación está pasada de moda y la dan por muerta.



Ya sabía yo que, nuevamente, llego tarde.